Hay tanto ruido (y entiéndaseme cuando lo digo) que a veces las cosas que nos interesan se nublan. Sí, Julian Assange está siendo interrogado, y ha sido arrestado hoy, por un dudoso delito sexual cuando lo que realmente ha hecho el fundador de Wikileaks es ser el intermediario de fuentes que realmente la han liado parda, con perdón. Son muchas las cosas que saltan por los aires, pero ciertamente estamos asistiendo a un «momento histórico». Salta por los aires hasta la propia función de los medios. El debate es amplio y está la cosa calentita, aunque parezca que Twitter se esté quedando sordo de tanto #wikileaks.

De lo que quería hablar es de los cables relacionados con Propiedad Intelectual y la Ley Sinde. Lo primero que hay que decir es que a día de hoy este tema ha pasado bastante desapercibido para los medios generalistas. De todos modos es bastante sospechoso que todo esto no tenga más recorrido en la prensa. Entre lo de los controladores, las inundaciones, la nieve y la propia complejidad de Wikileaks, El País, el asociado con la organización reveladora de secretos, sólo ha publicado una extensa nota en su web. A día de hoy, no compro el periódico en papel, no he encontrado que El País haya publicado en papel ningún análisis al respecto. El resto de medios no se ha metido muy a fondo en el tema.

El artículo de Joseba Elola confirma que la Embajada de Estados Unidos urdió un plan de «acoso y derribo» para que la Ley de Propiedad Intelectual en España cambiara. Ahí tenemos la Ley Sinde que un año después está a punto de salir aprobada, esperemos que no. Marilín Gonzalo en Alt1040 lo explica mejor y Antonio Delgado hace un interesante gráfico causa-efecto del calendario de los cable que ilustra este mismo post.

Hoy, Enrique Dans y Jose Manuel Tourne de la Federación Antipirateria han quedado en un «eskup» (herramienta de El País) para debatir en público. Son más de 100 mensajes y claro es complicado no darse cuenta de que Dans está mucho mejor preparado que el señor Tourne.

Pero con todo esto y para no seguir añadiendo ruido sin reflexión me he quedado con preguntas que ahora quería dejar en público:

– De modo que el gobierno de EEUU presiona al español de manera subrepticia para que cambie su Ley de Propiedad Intelectual y el Ministerio de Cultura no dice nada ¿Cómo es posible que aceptemos tantas injerencias en nuestro Estado de Derecho?
– Si todo esto «ya se sabía», ¿cómo es posible que los medios de comunicación, El País incluido, no está dedicándole atención como se merece a un tema que es vital?
– Si aceptamos una Ley Sinde ¿estaríamos aceptando que el mundo que ha permitido que exista Wikileaks deje de existir?. Uno de nuestros abogados preferidos ya ha contestado a esta pregunta.
– Vayamos un poco más allá del debate de leyes. Si el gobierno, parece que el PP y el PSOE piensan lo mismo, consigue poner negro sobre blanco la idea de que las «descargas» son ilegales y de paso el P2P también ¿vamos a dejar de luchar? ¿sólo cuando la ley esté de nuestra parte vamos a ser enérgicos contra la ilógica propiedad intelectual?

Algunas de estas preguntas son conscientemente retóricas pero quería dejarlas en abierto para poner el acento en que lo urgente nos hace hablar de los cables de la embajada de Estados Unidos. Estos cables confirman que ahora hay un nuevo actor en juego, y que tiene mucho peso, el gobierno de Estados Unidos y toda la industria discográfica y cinematográfica que tiene detrás. Ese actor tiene poder, tanto poder, que es triste ver cómo las empresas españolas se entregan a él, como si fueran la OTAN de la cultura, en pos de conseguir algo que ya no van a recuperar.

Pero lo importante es que ahora dediquemos el tiempo a construir la cultura alternativa, libre, participativa y copyleft. Eso es lo verdaderamente importante. O eso creo.